CONOCIENDO JAPÓN
Tradición y modernidad van de la mano en uno de los países más poblados de Asia. Japón, que cerró sus fronteras hasta mediados del siglo XIX a los avances de Occidente, finalmente se abrió al mundo después de que Estados Unidos amenazara con atacar sus costas si no lo hacía. A partir de ahí, el país abandonó el feudalismo e inició un proceso de modernización que lo convirtió en uno de los más avanzados tecnológicamente. Sin embargo, esta rápida transformación no elimina la antigua cultura que todavía está muy presente en la sociedad japonesa.
Templos, un jardín zen en medio de las montañas y santuarios sintoístas son testigos de la espiritualidad que siempre ha distinguido a los japoneses y son el mejor ejemplo para los visitantes cuando llegan a la comunidad con los lugareños. Por otro lado, las grandes ciudades muestran la locura un tanto imprudente en la que cae la sociedad japonesa. Aquellos que decidan pasear por sus calles encontrarán pequeños restaurantes de comida rápida japonesa, conocerán a chicos disfrazados de personajes manga e incluso es posible divisar a una geisha en una esquina.
Japón es verdaderamente un lugar atemporal donde las tradiciones antiguas se mezclan con la vida moderna de la manera más natural del mundo.
A primera vista, Japón es un modelo de modernidad, pero viajar por el país ofrece muchas oportunidades para entrar en contacto con la tradición. Puede pasar la noche en un ryokan (una posada tradicional japonesa), dormir en un futón de tatami, caminar por pasillos de madera antiguos para llegar al baño o seguir adelante y dormir en una antigua granja. Puede cantar con los monjes o aprender a batir matcha (té verde en polvo) en una espuma; Disfrute de la danza de las geishas o de la tranquila belleza de un jardín de piedras de meditación.
Japón es un archipiélago volcánico largo y estrecho. Más de dos tercios de su área es montañosa y las aguas termales están por todas partes. Los meses más cálidos permiten realizar excursiones a través de bosques de cedros y campos de flores silvestres, escalar a las cimas de las montañas y explorar antiguos templos fundados por peregrinos ascéticos. En invierno, la nieve lo cubre todo y hay amplias oportunidades para esquiar (y mejor aún, nadar en las aguas termales). No importa dónde se encuentre en Japón, nunca tendrá que caminar más de 500 metros para disfrutar de una comida deliciosa. Muchos restaurantes tienden a especializarse en un solo plato, quizás dominado a través de generaciones, y ponen un gran énfasis en los ingredientes más frescos. No se tiene que ir muy lejos para descubrir cuán diversa puede ser la cocina japonesa.
Los paisajes urbanos iluminados con neón de las ciudades japonesas se asemejan al escenario de una película de ciencia ficción, aunque algunos no han cambiado durante décadas. Ciudades como Tokio y Osaka han agregado nuevas maravillas arquitectónicas y en sus bulliciosas calles, restaurantes, clubes nocturnos abiertos las 24 horas y centros creativos están comenzando a emerger de las ciudades. Las tendencias se siguen en todo el mundo. Moverse siempre es fácil y seguro, ya sea que se use el metro por la ciudad o tome el metro para ir de una ciudad a otra.
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